ERITROCITOS
Los hematíes se eliminan en forma muy reducida en la orina, incluso en
personas normales, con aumento 400x, se puede observar aproximadamente 0 a 2
hematíes por campo. Éstos se identifican al examen microscópico como discos
redondos de color débilmente amarillo rojizo, con doble contorno .
En las orinas hipotónicas se hinchan y en las hipertónicas se arruganLa
morfología de los hematíes puede revelar el origen glomerular o postglomerular
de la hematuria. Los eritrocitos que atraviesan el canal glomerular aparecen
"dismórficos", es decir, se desforman, fragmentan y tienen muescas.
Estas células se diferencian de los hematíes uniformes de origen
postglomerular. La hematuria glomerular se sospecha cuando más del 80% de los
hematíes tienen aspecto dismórfico. De todas formas, la observación de hematíes
eumórficos no descarta la enfermedad glomerular. Los acantocitos, es decir los
hematíes en forma de anillo y evaginaciones, son característicos de la
enfermedad del glomérulo. Un 5% de ellos con relación a la totalidad de los
eritrocitos sugiere fehacientemente una hematuria glomerular, probabilidad que
aumenta aun más si el porcentaje aumenta a un 10%. Elementos que apoyan la
sospecha de una hematuria de origen glomerular son la presencia simultánea de
cilindros eritrocitarios, granulosos, hialinos.
LEUCOCITOS
Cuando se habla de leucocitos casi siempre se habla de granulocitos, y
estos indican la presencia de procesos inflamatorios del riñón y la vía
urinaria. Al examinar un sedimento urinario de una persona sana, pueden
detectarse hasta 5 leucocitos por campo de 400x, sin que esto tenga significado
patológico. Son células de tamaño mayor a los hematíes y menor a las células
epiteliales, con presencia de núcleo sementado y granulaciones.
En la mujer debe tenerse en cuenta que los leucocitos hallados pueden
ser de origen vaginal, sobre todo si se acompañan de una gran cantidad de
células de epitelio plano, por lo que el estudio de la orina de chorro medio
puede ser de gran valor para aclarar esta cuestión.
Si además de la leucocituria se evidenciaran cilindros leucocitarios
procedentes de los túbulos, el origen sería renal y el diagnóstico
pielonefritis.
En los casos de leucocituria estéril (sin desarrollo bacteriano en los
urocultivos) deberá descartarse tuberculosis, micosis, clamidias, herpes simple
así como también Nefritis intersticial medicamentosa.
EPITELIO
Los elementos epiteliales son frecuentes en el sedimento urinario y su
valor diagnóstico muy reducido.
Existen diversos
tipos:
Epitelio plano: Procede de los genitales externos o de la porción
inferior de la uretra. Se trata de grandes células de aspecto irregular con un
núcleo pequeño y redondo, pudiendo observarse en forma frecuente un repliegue
parcial en el borde celular .
Epitelio de transición: Tiene su origen desde la pelvis renal, uréter y
vejiga, hasta la uretra. Su presencia acompañada de leucocituria puede indicar
una inflamación de la vía urinaria descendente. En caso de apreciar anomalías
nucleares deberá descartarse un proceso maligno. Estas células son más pequeñas
que las del epitelio plano, son redondeadas con "cola" y su núcleo es
más grande y redondo .
Epitelio tubular o renal: Son células algo mayores que los leucocitos y
presentan granulaciones. Su núcleo, de difícil visualización es grande y
redondo.
Las células de epitelio tubular que contienen gotas de grasa muy
refringentes en el protoplasma, se conocen como células granulosas o cuerpos
ovales grasos y su presencia sugiere la existencia de un Sme. Nefrótico.
CILINDROS
La presencia de cilindros indica casi siempre la presencia de una
enfermedad renal, aunque la evidencia de alguno de ellos (hialinos y
granulosos) pueden encontrarse en personas sanas tras grandes esfuerzos
físicos.
Por lo general la cilindruria cursa con proteinuria, ya que los
cilindros se originan por el espesamiento de las proteínas o su precipitación
sobre todo en el túbulo distal.
Los cilindros son estructuras longitudinales que se corresponden con la
luz de los túbulos y que pueden contener diferentes elementos.
Existen diversos tipos de cilindros:
Cilindros hialinos: Está
compuestos por una proteína de alto peso molecular (mucoproteina de Tamm-Horsfall)
que se produce y elimina en cantidades muy pequeñas en condiciones normales.
Estos cilindros son homogéneos, incoloros, transparentes y poco refringentes,
por lo que son fáciles de omitir. Pueden aparecer en forma aislada en personas sanas o tras la
administración de diuréticos potentes como la furosemida, sin embargo su número
aumenta drásticamente durante el curso de un Sme. Nefrótico. No es raro
detectar cilindros hialinos con inclusiones celulares (eritrocitos, leucocitos,
epitelio tubular), lo que determina la presencia de enfermedad del parénquima
renal.
Cilindros granulosos: Ocasionalmente pueden aparecer en personas sanas,
aunque su presencia se relaciona con enfermedades agudas y crónicas del riñón.
Suelen ser más grandes que los hialinos y presentar inclusiones granulares. No
es raro observar una mezcla de cilindros hialinos y granulosos .
Cilindros céreos: Suelen ser más anchos que los hialinos, muestran una
refringencia mucho mayor y no son fáciles de omitir. Presenta muescas o
hendiduras finas en sus bordes, que se dirigen perpendicularmente al eje
longitudinal del cilindro.
Su presencia indica siempre una enfermedad renal crónica grave en un
paciente con insuficiencia renal crónica avanzada, pero en ocasiones puede
observarse en la fase de recuperación de la diuresis luego de una período de
anuria.
Cilindros epiteliales: Están compuestos de epitelio tubular descamado.
Su presencia se aprecia especialmente en la fase de recuperación de la diéresis
luego de una falla renal aguda por necrosis tubular isquémica o tóxica. Son
poco frecuentes.
Cilindros con
inclusiones lipídicas: Se diferencian de los epiteliales por la inclusión de gotas de grasa en
las células tubulares. Se observan en el curso de un Sme. Nefrótico.
Cilindros eritrocitarios: Se componen de eritrocitos hinchados que se
adhieren a una sustancia fundamental hialina. Indican siempre el origen renal
de la hematuria y por consiguiente se trata de un hallazgo muy valioso.
Aparecen fundamentalmente en la Glomerulonefritis aguda y crónica y también en
la Nefropatía lúpica, panarteritis nodosa, endocarditis bacteriana asociada a
Glomerulonefritis.
Cilindro leucocitario: Se producen cuando ocurre una exudación intensa de leucocitos y al mismo
tiempo se eliminan proteínas por el túbulo. Su presencia tiene fundamental
importancia ya que demuestra que la inflamación es de origen renal, casi
siempre, a causa de una pielonefritis .
CRISTALES
Los cristales pueden adoptar múltiples formas que dependen del compuesto
químico y del ph del medio.
En comparación con otros elementos de la orina, los cristales sólo
poseen significación diagnóstica en muy pocos casos.
- Uratos: Se encuentran en forma amorfa en orinas ácidas o conformando un
cilindro, lo que puede llevar a confusión. Cuando se eliminan en grandes
cantidades, se reconocen macroscópicamente como un precipitado rojo-pardo
(polvo de ladrillo).
- Urato de amónio: Aparece
en orinas ligeramente alcalinas como pequeñas esferas de color amarillo pardo.
No tiene ningún significado diagnóstico especial.
- Ácido úrico: En la orina ácida pueden adoptar múltiples formas (cuadros
romboidales, rosetas, pesas, barriles, bastones). Son frecuentes en orinas
concentradas, como ocurre en la fiebre, en la gota y en la lisis tumoral.
- Oxalato de calcio: Es incoloro y muy birrefringente. Es característica su forma en sobre de
carta. Se producen con gran frecuencia luego de la ingesta de alimento ricos en
oxalato.
- Sulfato de calcio: Se observan como agujas largas y finas. Son raros y
sólo se detectan en orinas muy ácidas.
- Fosfato amónico-magnésico: Se aprecian como formas incoloras en
"tapa de ataúd" en la orina alcalina. Aparecen como consecuencia de
la fermentación amoniacal en casos de bacteriuria marcada.
- Cistina: Se detectan en orinas ácidas como cuadros hexagonales
incoloros. Se observan en la cistinuria, trastorno congénito de la reabsorción
tubular de cistina.
OTROS
Cuerpos cilindroides y pseudocilindros
Es importante conocer estas estructuras para no confundirlas con los
verdaderos cilindros.
Tienen forma de banda longitudinal, acaban en punta por los extremos o
se disponen en filamentos. Su origen no está bien determinado.
Tricomonas
Se destacan en el sedimento urinario por su movilidad, por lo que no
basta con observar una imagen inmóvil con un aspecto sugerente. Se trata de
estructuras redondas u ovaladas que disponen de cuatro flagelos en uno de los
polos, generalmente móviles. Su tamaño es aproximadamente 2 a 3 veces mayor que
el de los leucocitos. Suelen encontrarse en la orina de mujeres con infección
vaginal y en ocasiones indican infección vesical.